Imagina que un detective infantil con pajarita —cuya mente es tan aguda como su voz es aguda— se cruza en la misma pantalla con un espía que sobrevive a explosiones, traiciones y guiones cada vez más enredados. No, no es una parodia escrita por un fan con fiebre y demasiadas horas libres. Es real. Conan Edogawa y Ethan Hunt han unido fuerzas en una colaboración tan improbable como deliciosa.
El anuncio cayó el 13 de mayo, sin previo aviso, como uno de esos giros narrativos que ni el propio Conan ve venir. Desde la cuenta oficial en X (ese lugar donde Twitter fue a morir y renacer), se publicó una imagen promocional que capturó más atención que una escena del crimen a medianoche. El arte une la vigésima octava película de Detective Conan: One-eyed Flashback con la futura bomba hollywoodense Mission: Impossible – The Final Reckoning.
Y ahí están: Kogoro Mori, el detective más torpe y entrañable de la animación japonesa, y Ethan Hunt, el acróbata de la lógica imposible. Uno con su taza de sake; el otro, con su dosis diaria de adrenalina intravenosa. La imagen viene acompañada de dos frases que son puro teatro emocional:
“Quiero que me mires. Es mi mayor logro.”“Quiero que me creas. Es mi última petición.”
Una melodía a dos voces: la vanidad del que busca reconocimiento y la súplica del que ya no espera redención. La antítesis está servida.
El visual no se quedó en los confines de las redes sociales. También apareció en las pantallas de Ikebukuro Hit Vision y Parco Hit Vision, convirtiendo las calles de Tokio en un cruce de universos cinematográficos donde el misterio nipón se dio la mano con la pirotecnia occidental. Un encuentro que solo podría darse en el país donde Godzilla es ciudadano honorario.
Y por si eso fuera poco, TOHO —esa fábrica de sueños y kaijus— lanzó un tráiler conjunto. Narrado por la inconfundible voz de Kogoro, el avance es un collage de tensión y vértigo, un montaje que no sabe si resolver un crimen o volar un tren bala. Dos mundos narrativos que, en lugar de chocar, se abrazan con la torpeza encantadora de un primer beso entre desconocidos.
En cuanto a cifras, One-eyed Flashback no ha sido un éxito: ha sido una avalancha. En sus tres primeros días, la película recaudó 3.438 millones de yenes, o unos 24 millones de dólares. No es solo un récord; es una prueba de que el pequeño detective de gafas redondas tiene más poder de convocatoria que muchas franquicias con músculos CGI.
Por el lado de Ethan, la octava entrega de Mission: Impossible ya tuvo su premiere mundial en Tokio —porque claro, si vas a compartir cartel con Conan, al menos preséntate en su casa—. Las proyecciones anticipadas comenzaron el 17 de mayo, y el estreno oficial llegará el 23 tanto en Japón como en Estados Unidos. Hollywood y anime, espalda con espalda, como dos samuráis de distintos siglos.
Ahora bien, ¿es esto una estrategia de marketing? Por supuesto. ¿Pero también es una pequeña joya cultural? Sin duda. Como esos duetos inesperados entre Frank Sinatra y Bono, esta colaboración es el tipo de delirio que, en su misma rareza, encuentra sentido. Nos recuerda que las buenas historias —ya vengan con corbata roja o con cuerda para escalar rascacielos— pueden hablarse, entenderse y, por qué no, conspirar juntas.
Porque al final del día, tanto Conan como Hunt están intentando lo mismo: resolver el enigma, salvar al inocente, y salir vivos del montaje final. Lo demás es vestuario.
Fuente: ANN
No hay comentarios.:
Publicar un comentario