En la víspera del esperado estreno de “Nintama Rantarō” –quinceava producción del musical inspirado en los adorados ninjas escolares–, la rutina se vio interrumpida por una noticia que sacudió a todo el equipo: Arata Shiho, actor elegido para dar vida a Saitō Takamaru, sufrió un accidente de tráfico mientras se preparaba para los ensayos finales.
Desde la cuenta oficial de X del musical, la producción compartió el parte médico con la voz entrecortada de quienes conocen de cerca los esfuerzos de Arata. Apenas había tenido tiempo de encarnar la energía joven y pícaro de Takamaru, cuando un choque le obligó a apartarse del escenario y centrarse en su recuperación. “Arata es de los que corre sin mirar atrás, pero esta vez deberá parar y sanar”, rezaba el mensaje que, salpicado de gratitud y pesar, agradecía la paciencia del público.
En cuestión de horas, el elenco puso en marcha un plan de emergencia para no desairar a los miles de aficionados que aguardaban su dosis de música, humor y acrobacias ninja. El relevo recayó en Tanaka Kōsuke, un joven talento surgido de escuelas de teatro en Osaka, quien asumirá el rol en las funciones del 11 al 13 de octubre. Sus compañeros ya lo recibieron con abrazos y risas cómplices entre bambalinas: “Tanaka corre con el mismo entusiasmo que Arata, estoy seguro de que le pondrá el corazón al personaje”, comentó uno de los veteranos del reparto.
Entre bambalinas y patios de butacas, los mensajes de aliento volaron sin pausa. Fanáticos enviaron dibujos, cartas y videos deseándole pronta recuperación a Arata y celebrando la llegada de Tanaka con la emoción característica de esta comunidad. “Lo más bonito de un espectáculo así no son solo las luces y la música, sino el cariño que se transmite entre todos”, reflexionó una seguidora que llegó desde Tokio con el programa en mano.
La producción se disculpó por este desafío de último minuto, prometiendo transparencia sobre el resto de las funciones a partir del 15 de octubre. Pero, más allá de los cambios de calendario, esta historia refuerza que el verdadero poder de “Nintama Rantarō” no está únicamente en las coreografías ninja, sino en la solidaridad que nace cuando la ilusión se enfrenta a la vida real.
Mientras Arata recobra fuerzas rodeado de amigos y captura cada paso de su recuperación en redes para que nada se pierda en la distancia, Tanaka se prepara tras bambalinas con el eco de los aplausos aún calientes. Para todos, el mensaje es claro: la magia del teatro sigue viva, incluso cuando el corazón se tambalea.
Fuente: Oricon
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