En un mundo donde los robots sueñan con ser humanos y los héroes nacen de circuitos y corazones rotos, el regreso de Astro Boy evoca esa inocencia futurista que Osamu Tezuka regaló a generaciones. Para quienes crecieron imaginando un niño mecánico defendiendo la justicia con puños de acero, esta serie pionera —que marcó el amanecer del anime televisivo— inicia hoy su retransmisión, un puente nostálgico que invita a redescubrir sus lecciones eternas en un tiempo que necesita más compasión robótica.
El pionero que iluminó pantallas
Piensa en el manga de Tezuka, que corrió en la revista Shonen de Kobunsha de 1952 a 1968, como un diario de sueños mecánicos: Astro Boy —o Tetsuwan Atomu— saltó a la pantalla como la primera serie animada japonesa de larga duración en Fuji TV, de 1963 a 1966, con 193 episodios que tejen ciencia ficción con preguntas que duelen. Astro, ese androide moldeado a partir de un niño perdido, enfrenta villanos con una fuerza que podría romper montañas, pero su verdadero poder late en un código moral que no se apaga, explorando discriminación, paz y qué significa ser humano cuando tu corazón es de metal. Son aventuras que te dejan pensando en la mesa de cena, sobre cómo coexistir con lo diferente.
Hoy, 1 de noviembre de 2025, a las 18:30, Teletama retoma la emisión completa, fiel al orden original, planeando cubrir los 193 capítulos en cuatro años. Inmediatamente después, TVer liberará los episodios para streaming, permitiendo que el viaje de Astro se extienda más allá de la televisión tradicional.
Un legado accesible, con matices globales
Aparentemente, Teletama y TVer concentran su alcance en Japón, con geobloqueo que limita el acceso directo desde Latinoamérica, donde plataformas como Crunchyroll o Prime Video ofrecen versiones dobladas o subtituladas de episodios clásicos y remakes. En la región, desde México hasta Argentina, fans pueden encontrar episodios en inglés o español en servicios como YouTube o Internet Archive, aunque sin la fidelidad cronológica de esta retransmisión. Es un detalle que resalta cómo Tezuka, con su visión universal, sigue cruzando océanos, pero adaptándose a cada orilla.
En una era de remakes relucientes, este retorno al original nos recuerda el poder de las raíces: Astro no era solo un héroe; era un espejo para cuestionar qué nos hace humanos. Si alguna vez soñaste con volar junto a él, hoy podría ser el día para aterrizar en sus primeras aventuras y sentir de nuevo esa chispa eterna.
Fuente: Comic Natalie
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