Ghibli en el corazón de Tokio: Cannes rinde tributo a Isao Takahata con 'Kaguya-hime'


La capital japonesa se detiene para un momento de profunda reflexión y belleza. No es solo un festival de cine; es una peregrinación silenciosa. El inmortal "El Cuento de la Princesa Kaguya" (Kaguya-hime no Monogatari), la pieza final y más conmovedora de Isao Takahata, cofundador de Studio Ghibli, vuelve a su hogar. La película no regresa como una simple proyección, sino como el punto culminante de un homenaje que entrelaza la sensibilidad japonesa con el tributo fervoroso de Francia.

Del 12 al 25 de diciembre, el Human Trust Cinema Shibuya se convertirá en el epicentro de esta reverencia. Mientras el prestigioso ciclo de la Quincena de Realizadores de Cannes en Tokio celebra su tercera edición, la elección central de este lienzo animado y minimalista va mucho más allá de una retrospectiva. Es una declaración de principios sobre lo que el cine de animación puede y debe ser.

Un puente de la admiración francesa al Lejano Oriente

Es imposible separar esta proyección en Tokio de la pasión personal de Julien Rejl, el director artístico de la Quincena de Realizadores. Su gesto es un eco directo de la gran retrospectiva de Takahata que ha conmovido a Francia desde su inauguración en octubre de 2025.

Rejl, visiblemente conmovido por la filmografía del maestro, no solo ha validado la calidad cinematográfica del filme, sino también su carga emocional y su significado histórico. Al tender este puente cultural, el director artístico afirmó:

"Francia está teniendo por fin la oportunidad de conocer la totalidad de su filmografía. Es un honor para la Directors’ Fortnight en Japón acoger esta película, que no solo es la culminación de un maestro, sino una de mis favoritas personales. Es una forma de extender el tributo de París hasta el corazón de Tokio, donde su genio floreció".

La elegía visual de un maestro

Estrenada en 2013, la película fue el último aliento de un artista, una obra que le tomó ocho años de obsesión y amor paciente. Más que una animación, El Cuento de la Princesa Kaguya es la elegía visual de Takahata, un testamento artístico que le valió una nominación al Óscar.

La cinta revitalizó el mito japonés del cortador de bambú con una estética que parece bocetada en acuarela, cruda, etérea y profundamente desgarradora. Es la visión de un maestro que, en su despedida, usó su último trazo para recordarnos la belleza fugaz y la melancolía que acompaña a toda vida.

Para el público nipón y los cinéfilos internacionales, esta proyección en Shibuya será una oportunidad inestimable, casi sagrada: la de reconectar con el arte puro de un director que definió la narrativa animada contemporánea y cuyo regreso a la gran pantalla, de la mano de la curaduría francesa, subraya la universalidad de su arte.

Fuente: ComicNatalie

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