Mamoru Hosoda, el director que nos regaló la nominada al Oscar Mirai y el inolvidable One Piece: Baron Omatsuri and the Secret Island, volvió a las salas con Scarlet el 21 de noviembre. Pero en lugar de un triunfo, la cinta ha abierto con salas vacías y críticas que duelen como un mal final.
Un estreno que nadie esperaba así
Scarlet tuvo la tercera distribución más grande del año en Japón (solo Demon Slayer: Infinity Castle y Detective Conan la superaron), con 388 pantallas listas para llenarse. El resultado fue un golpe duro: apenas 210 millones de yenes en el fin de semana de apertura (unos 1,34 millones de dólares) y solo 136.000 espectadores. Tercer puesto en taquilla, sí, pero con salas que parecían un lunes por la mañana: fotos en redes de filas vacías y butacas que sobraban incluso el sábado, el día fuerte del cine anime.
En Filmarks, la puntuación media es un desolador 2,9 sobre 5, muy por debajo de los 4,3 de Chainsaw Man: Reze Arc o los 4,2 de Demon Slayer. Las redes sociales están llenas de quejas: "aburrido", "nada nuevo", "el peor de 2025". Incluso en su estreno en el Festival de Venecia de septiembre, la recepción fue tibia, con un 71% en Rotten Tomatoes que palidece ante la competencia.
Críticas que apuntan al guion y la animación
La historia, inspirada en Hamlet, sigue a una princesa que cruza tiempo y espacio para vengar a su padre, despertando en un limbo donde conoce a un paramédico moderno. Con voces como Mana Ashida (la princesa Scarlet), Masaki Okada (Hijiri), Kōji Yakusho (el rey Claudio) y Masachika Ichimura (el padre Amlet), y banda sonora de Taisei Iwasaki, el potencial estaba ahí. Pero el guion —escrito por el propio Hosoda— es el talón de Aquiles: plano, predecible, sin la magia de sus éxitos pasados.
La animación híbrida también divide: algunos alaban su dirección artística inicial y los detalles faciales innovadores, pero otros la ven "torpe" y "poco atractiva", lejos del encanto visual de The Girl Who Leapt Through Time o Wolf Children. Muchos fans culpan la ausencia de su guionista fetiche, Satoko Okudera, quien coescribió sus grandes hits como Summer Wars. Irónicamente, ella triunfa ahora con Kokuho, un drama live-action que ya superó los 15.000 millones de yenes en Japón.
¿El primer fracaso de Hosoda?
Sus fans lo defienden: "Es experimental, como siempre", dicen algunos en Reddit, recordando que Belle fue su mayor éxito. Pero para otros, es el punto de quiebre. Hosoda, que fundó Studio Chizu en 2011, prometía con Scarlet reinventar su imagen y la del estudio. Cuatro años y medio de producción, con técnicas digitales para un look único —ni 2D puro ni CG hollywoodense—, y aun así, no conectó en casa.
Esperanza al otro lado del Pacífico
No todo es rojo para Scarlet. Sony Pictures Classics la estrena en EE.UU. el 6 de febrero de 2026, con una exclusiva en IMAX. El público occidental ha abrazado siempre lo más arriesgado de Hosoda, y con sus temas shakesperianos y producción de alto calibre (junto a Sony y Nippon Television), sigue en carrera para los Oscar 2026. Quizás sea el salvavidas que necesita.
Hosoda nos ha enseñado que las historias familiares pueden ser épicas. Scarlet tropieza, pero no cae. En un año de blockbusters como Chainsaw Man, recordar que el arte no siempre llena salas nos hace apreciar más a los directores que se atreven. ¿Veremos a esta princesa vengadora brillar en Occidente? Solo el tiempo —y las taquillas— lo dirán.
Fuente: CBR
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